sábado, 3 de octubre de 2020

Arte de las putas (Fragmentos)

 Arte de las putas de Nicolás Moratín


¡Castidad! gran virtud que el cielo adora,
virtud de toda especie destructora,   
 y si los brutos y aves la observaran   
 comiéramos de viernes todo el año:   
 pero, ¿por qué abrazar el Himeneo? 


(...)


 Con modos feos   

 y horrendos, sacia el uno con vil mano   

 el brutal apetito a sus deseos;

 no es falso por no público este crimen,   

 ningunos aunque callan de él se eximen.   

 Otro incauto en nocturna complacencia   

 sin que al sueño hacer pueda resistencia   

 despierta humedecido, la blancura

 de la ropa interior contaminada,   

 sin propio vaso, en fin, desperdiciada   

 la sustancia vital capaz de vida:   

 y no siendo posible que se impida   

 lo que la naturaleza a voces clama 

 ya justa o injustamente, inevitable   

 es de amor apagar la ardiente llama.  


(...)


Una sola manera se ha encontrado   

 de hacer los hombres; mas de deshacerlos   

 ¡cuántas industrias inventó la muerte!   

 Y el instrumento que los mata fuerte   

 va por gala y blasón pendiente al lado 

 y el que los hace, oculto y deshonrado;   

 y los hombres inicuos dan laureles   

 al que mata a un millón de sus hermanos   

 y deshonran al que ama a las mujeres.   


(...)


¿Dónde se ha inventado   

 conveniencia mayor que el putaísmo?

 Cada cual lo contemple por sí mismo.   

 Enciéndese la sangre recaliente   

 en un joven robusto y muy ardiente,   

 en un viejo, en un clérigo o en un fraile,   

 y exprimiendo la pringue a los riñones,

 baja por sutilísimas canales   

 a esponjar los pendientes compañones,   

 los músculos flexibles extendiendo,   

 y el instrumento humano entumeciendo,   

 hasta el ombligo se levanta hinchado,

 del semen abundante retestado,   

 que, reventando por salir, comprueba   

 ser venenoso estando detenido,   

 según el docto Hipócrates decía.