martes, 21 de abril de 2020

El simbolismo

El simbolismo es un movimiento literario de origen francés, nacido en las últimas dos décadas del siglo XIX, que tiene el símbolo como figura retórica clave.

Como el símbolo implica una relación subjetiva entre el plano real (A) y el plano imaginario (B), el simbolismo contiene toda una mística de la subjetividad y el enigma, plagada de intuiciones, referencias a lo onírico (Freud), al inconsciente colectivo (Jung) y a otras fantasías por el estilo (el intuicionismo de Croce, por ejemplo), impermeables a la razón. Todo esto se conjuga con el llamado decadentismo francés de la época y la filosofía del idealismo alemán. Todo esto se conjuga contra el positivismo, el naturalismo, y la “burguesía racionalista y capitalista” (Schmidt).

El antepasado remoto del simbolismo es la poesía mística renacentista, de la que hay que remarcar que presenta, en comparación, mucho mayor grado de racionalidad, en lo que se refiere a su adecuación al sistema de ideas del Cristianismo.

Esa mística de la poesía ya la había recogido con anterioridad Víctor Hugo en sus Odas (1822): “Bajo el mundo real, existe un mundo ideal que se muestra resplandeciente a los ojos de aquellos que están acostumbrados a ver en las cosas más que las cosas”.

El simbolismo da inicio al reinado del verso libre.

Los padres de la criatura son:

Charles Baudelaire, poeta de gran influencia en el empleo posterior del símbolo.

Paul Verlaine, del que se suele destacar su búsqueda de la musicalidad y el hecho de tratar de reflejar un estado anímico concreto (y, a su vez, indefinido) en sus composiciones.

Arthur Rimbaud, quien merece estudio aparte, pero irracionalista también.

Stéphane Mallarmé, poeta hermético que es figura principal en la búsqueda del “absoluto”, y que sería muy influyente en el español Juan Ramón Jiménez. El “absoluto”, en filosofía, es un ser eterno, perfecto e invariable, suficiente, que contiene en sí y crea todo lo existente (así lo definen Rosental e Iudin en su Diccionario filosófico). “Para la religión, lo absoluto es Dios; en Fichte, es el “Yo”; en la filosofía de Hegel, aparece como lo absoluto la razón universal (el espíritu absoluto); en Schopenhauer, es la voluntad; en Bergson, la intuición”.

Para ampliar información sobre el movimiento léase:

Prefacio a Una tirada de dados jamás abolirá el azar- Mallarmé
Manifiesto del simbolismo - Moréas