Valores estilísticos
Podemos observar, para empezar, la predominancia de los sustantivos concretos frente a los abstractos. Esto es habitual en un fragmento descriptivo, como es el caso que nos ocupa. Mediante los sustantivos concretos describimos el mundo que nos rodea. De ese modo, el narrador dibuja el escenario del beso y, a través de unos verbos clave, va despertando los sentidos del lector para prepararle para el clímax final, es decir, el propio beso: "podía oír cómo respiraba" (oído), "aire cargado de aroma de pino" (olfato) "la rodeé con mi brazo" (tacto) y "ella me miró" (vista).
No podemos decir que predomine un estilo verbal o uno nominal. La importancia de ambos tipos de palabras es capital en el fragmento. Los sustantivos describen la escena de forma sucinta y clara, sin marcas de subjetividad y con escasa presencia de adjetivaciones. Los verbos, por su parte, indican el desarrollo de la acción a través de las miradas, las sensaciones y los actos de los dos protagonistas.
